Las leches vegetales contienen grasas de origen vegetal que, por definición, no producen colesterol y se asimilan con mucha mayor facilidad que las leches animales, con la ventaja adicional de aportar otros minerales y aminoácidos que complementan la nutrición, con altos niveles de calcio asimilable y grasas “buenas”.
La mayoría de estos frutos secos son, en efecto, semillas, listas para retoñar, por tanto, es bueno dejarlas en remojo durante la noche para que se activen y produzcan las enzimas que facilitan su digestión y asimilación.
Si tiene forma de usar una licuadora de una potencia superior a los 500 vatios (500 W) se pueden obtener pastas más homogéneas.
Las leches vegetales obtenidas de semillas como almendras, nueces, ajonjolí, o similares, se licúan con poca agua y luego se filtra el líquido resultante con un lienzo. Una vez obtenida la base, se le modifica la textura, si se desea, agregando agua. El sabor se puede variar usando miel, panela orgánica, vainilla, uvas pasas, ciruelas pasas, dátiles que se pueden combinar con especias como canela, cardamomo, clavo e, incluso, hojas como albahaca, hierbabuena, etc. Todo se le incorpora para ser licuado con la base ya preparada.
Las leches vegetales obtenidas de cereales bajos en grasa como quinua, amaranto, cebada, avena, se le puede agregar una cucharada de aceite (sacha inchi, oliva, girasol, chía, linaza, ajonjolí) de presión en frío para dar mejor textura y aumentar el contenido de ácidos grasos esenciales.
Estas leches vegetales se pueden usar de la misma manera que se usa la leche de vaca, tratando eso sí de no hervirlas, en las mismas preparaciones con café, cereales, frutas, etc. Se pueden preparar con agua muy caliente para que quede caliente la leche y se hace por separado el concentrado de lo que se va a preparar (chocolate, café, etc.), se hierve sólo el agua con el café o el chocolate y después se combina con la leche vegetal que ha sido preparada con agua caliente para obtener bebidas calientes sin hervir la leche vegetal.
Pelar el coco
Partir el coco en pedazos pequeños y licuarlo con al agua, por un par de minutos. Colar en una tela fuerte que se pueda exprimir.
Poner en cubitos o en bolsas de selle hermético, acostadas para que quede una especie de tableta gigante, de la que se pueden sacar trozos chicos mientras está congelada.
¡Disfrutar y compartir!
EI afrecho que queda del coco se puede utilizar para postres, galletas, arepas o para preparación de arroz con coco.
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