Hasta ahora la investigación en nutrición se concentró en las deficiencias de nutrientes y el deterioro de la salud. La genómica nutricional (Nutrigenómica) es un campo muy nuevo, de vanguardia, derivado del Proyecto Genoma Humano (estudio de los genes humanos). La Nutrigenómica busca una mejor comprensión de cómo los alimentos que ingerimos interactúan con los genes.
Los efectos específicos de componentes de la dieta en diversos tejidos y órganos, incluyen “prender” o “apagar” genes; reorganización de las “hojas de instrucciones” que tenemos en los genes; cómo se debe comportar la formación de tejidos; así como cambios – buenos o malos – de los productos elaborados por nuestro organismo, a partir de la comida.
Los científicos tienen sus lentes puestos en la Nutrigenómica, para la prevención de enfermedades crónicas, como enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, diabetes, hipertensión y cáncer, que son trastornos al menos facilitados o inducidos por la exposición crónica a ciertos componentes del alimento.
La buena noticia es que no se trata de aprender una lista de nombres complicados, es un asunto de color: tan simple como buscar que los vegetales (muchas verduras y un poco de frutas) frescos, crudos y orgánicos que se consuman, sean tan variados en color como se pueda, cada día consumir al menos un par de colores distintos.
Los colores son, finalmente, fitoquímicos, que protegen de muchas formas de enfermedad y daño de la información almacenada en los genes, esto es en el ADN. Estas afecciones van desde la simple predisposición a la rinitis hasta situaciones letales como cáncer y cardiovasculares, aprenderá aquí cómo combatirlas con alimentos.
He aquí una lista de los colores protectores:
Rojo: cebolla roja, tomates, sandía, fresas, contienen antioxidante licopeno, que protege contra diversas formas de cáncer.
Rojo violáceo o azul: cerezas, uvas rojas, arándanos, berenjenas, pimientos rojos, agraz (mortiño), contiene sustancias que defienden al ADN de los carcinógenos y resveratrol verdadero anti-edad.
Anaranjado amarillo: naranjas, papayas, duraznos, piñas, ayudan a prevenir el crecimiento de tumores, al mismo tiempo combaten la inflamación y son altas en vitamina C. Naranja, zanahorias, mangos, melones, algunas calabazas, cúrcuma y batatas, proporcionan carotenos defensores de los ojos, la piel y antioxidantes para evitar cambios del ADN que llevan a desarrollar tumores.
Verde: hay muchos vegetales verdes como brócoli, kiwi, hierbas, cebollas verdes, proporcionan antioxidantes y carotenos que protegen la piel y los ojos de los efectos de los rayos UV y de la oxidación que lleva al envejecimiento.
Verde amarillento: espinacas, pimientos verdes, aguacate y col rizada, con alto contenido de clorofila, que “repara” la sangre y ácido fólico que protege el sistema nervioso incluso desde el vientre materno, además se ha encontrado que estos alimentos ayudan a la reparación ADN, para “apagar” los genes que se han alterado.
Dr. Giovanni Zapata Gutiérrez
Especialista Terapias Alternativas
Nutrición Terapéutica