Sorprendente origen de la mayoría de enfermedades

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Con mucha frecuencia recibo preguntas de quienes asisten a mi valoración médica mediante Mapeo Metabólico Celular, qué hace que en un momento dado una persona se enferme, este escrito busca dar algunas pistas al respecto.

En clase de química ponía algunas sustancias sobre papelitos de colores que cambiaban según si era ácido o alcalino. Al poner esas sustancias sobre la lengua se podía sentir el sabor, o ácido de limón o alcalino del bicarbonato.

Dependiendo de varios factores, la sangre se mueve entre esos dos puntos: ácido o alcalino, lo cual significa muchísimo en términos de la salud.

El pH (potencial de Hidrógeno) es la medida que indica el grado de acidez o alcalinidad en una escala que va de 0 a 14, donde, mientras más chico el número, más ácida la sustancia y las más altas son las más alcalinas.

El equilibrio entre el ácido y el alcalino está indicado por el pH neutro, con el número 7.

El pH alcalino (o base) es de 7 a 14, a mayor alcalinidad, más grande el número.

El pH normal de la sangre es alrededor de 7,42 y pequeños cambios en él tienen consecuencias incluso mortales, como las que se ven en los diabéticos o las personas que han vomitado mucho.

Importante anotar que esta acidez de la que hablamos, no tiene nada que ver con agruras pues hablamos de acidez orgánica, no de las vías digestivas; del cuerpo como unidad y no de una parte en específico.

¿Qué hace que aumente la acidez en el organismo?

· Hábitos alimentarios que incluyen un exceso de alimentos generadores de ácidos: carne animal, las comidas industrializadas, el azúcar.El limón, naranja, lulo y similares, a pesar de su sabor ácido, NO son acidificantes.

· Combinación incorrecta de alimentos que generan fermentación intestinal. Ejemplo, comer en la misma comida, carne (proteínas) con papas o yuca (carbohidratos) y arroz.
· Carencias crónicas de nutrientes (por ejemplo quienes POCO O NUNCA comen vegetales.)
· Exceso de trabajo físico o mental, exceso de tensión emocional, preocupaciones, iras, producen acidosis.
· La falta crónica de oxigenación de los tejidos lentifica la eliminación de los ácidos, como cuando no se hace ejercicio, o se es fumador, o se es roncador.
· Cambios en las bacterias que debe haber en el tracto intestinal, sustituidas por las que no debe haber, lo que produce fermentación, cuando se comen cosas mal manipuladas.
· Procesos infecciosos crónicos (sinusitis, inflamación de las encías, etc.)

Esta multiplicidad de orígenes obliga a valorar de una manera minuciosa el caso pues sólo la mirada juiciosa y sistemática de la Medicina Predictiva encuentra esos factores “ocultos” que se pasan por alto en las consultas de 15 minutos.

En el intestino debe haber bacterias “buenas” que ayuden a controlar las “malas”.

¿Cómo saber si tengo exceso de acidez?

Revise la siguiente lista y si tiene por lo menos 3 de los síntomas mencionados, tiene exceso de acidez:

  • Depresión, pensamiento negativo, tristeza, irritabilidad, falta de deseos de trabajar, labilidad emocional (“muy sensible”), nerviosismo.
  • Migraña, jaqueca, escurrimiento nasal, congestión, ojos rojos, palidez.
  • Carraspera, amigdalitis, inflamación frecuente en garganta o encías
  • Caries frecuentes, dientes destemplados, dientes que se desmoronan, frágiles. Sensibilidad de los dientes al contacto con alimentos fríos, calientes o ácidos.
  • Agrieras, eructos ácidos, dolores estomacales, gastritis y hasta úlceras.
  • Estreñimiento, ardor en el ano, sensación de distensión, flatulencia, intolerancia a alimentos.
  • Cálculos: en los dientes, en riñones, vejiga, próstata, vesícula biliar y hasta en las glándulas salivales.
  • Orina ácida, irritación y ardor en la vejiga y uretra. Síntomas de próstata crecida.
  • Frecuentes resfriados, bronquitis, sinusitis, amígdalas crecidas, facilidad para desarrollar alergias, tos que no se quita.
  • Piel seca e irritaciones.
  • Pie de atleta, hongos en y alrededor de las uñas, granos, eczemas diversos.
  • Las uñas se adelgazan, se parten y se quiebran con facilidad. Estrías y manchas blancas.
  • Tortícolis frecuente, calambres, lumbago con ciática.
  • Osteoporosis, osteomalacia y raquitismo. Fracturas y lentitud en su consolidación. Crujido de las articulaciones, bloqueo de las vértebras, reumatismo, artrosis, artritis, hernia discal. Dolores articulares que van de un lado a otro.
  • Mala circulación, extrema sensibilidad al frío. Tendencia a la anemia y a las hemorragias. Sabañones.
  • Baja función de las glándulas endocrinas en general, excepto el tiroides, que puede acelerarse.
  • Flujos vaginales pertinaces, vaginitis, molestias urinarias frecuentes, infecciones frecuentes en genitales.
  • Sensibilidad desmesurada al dolor en general
  • Insomnio o sueño que no es reparador

Si tiene tres o más de estos síntomas, EL CUERPO ESTÁ ÁCIDO y requiere urgente restauración del balance, es aquí donde la Nutrapédica entra en juego, pues vuelve a favor del paciente el viejo aforismo: “que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento” con una buena asesoría médica, ojalá usando que utilice tanto las terapias biológicas como el poderío de una alimentación que cumpla condiciones de gustabilidad pero a la vez sea terapéutica: Nutrapédica.

AVISO IMPORTANTE: La información contenida en este material tiene carácter meramente informativo y no puede ser considerada como sustitutiva de la prescripción, diagnóstico o tratamiento médico. Si tiene cualquier enfermedad o dolencia le recomendamos que consulte con un profesional de la salud. Recomendamos que tengan precaución con el uso de cualquier información publicada o suministrada por este medio y en todo caso consultar siempre con su profesional de la salud.

Dr. Giovanni Zapata Gutiérrez 
Especialista Terapias Alternativas 
Nutrición Terapéutica


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