Seguramente, si yo me encontrara de repente con una afirmación así, también tendría las mismas dudas y la misma expresión que, probablemente, usted tendrá en este momento, entonces vamos a digerir por partes esta contundente afirmación a ver si le encontramos algún sentido y, sobre todo, si puede arrojar luz sobre porqué toma y toma medicamentos y sigue más o menos en las mismas, si no es que un poco peor y con más medicamentos cada vez.
Para empezar, aclaremos que hay dos tipos de inflamación: la que ya se imaginó Ud. al empezar a leer el título, explosiva, notoria, muy evidente y manifiesta, con calor, enrojecimiento, tal vez se crece la parte afectada y niveles variados de dolor, como cuando hay artritis o un golpe o una herida y otra, si se quiere, más perversa, silenciosa, no se hace notar de manera inmediata, puede no haber nada de dolor – aunque las enfermedades crónicas que cursan con dolor, en alguna medida la tienen – como es algo que transcurre de forma silenciosa, acumulativa, no se suele tomar en cuenta.
Veamos un ejemplo para ilustrar el concepto: a la consulta llega un hombre de alrededor de 60 años con una gran cantidad de quejas de salud muy poco específicas, la principal de ellas es el cansancio, se acuesta cansado y se levanta igual, los médicos que lo han visto le han dicho que tiene la tensión arterial alta, tiene problemas de azúcar al punto que le han dicho que está pre-diabético, indica que ha ido perdiendo la fuerza en sus extremidades, caminar unas pocas cuadras es una hazaña, ha tenido dos eventos cardíacos, le han dicho que han sido “pre-infartos”. Tiene gran cantidad de medicamentos: para la tensión, para el azúcar, para dormir, para poderse desempeñar en el día a día, sin embargo cada día nota que los medicamentos poco le ayudan, su tensión sigue alta, su azúcar sigue alta, se siente más cansado y con cada nuevo examen le encuentran una “nueva” enfermedad. Como la mayor parte de su trabajo se realiza desplazándose entre ciudades, come donde puede, lo que primero puede, cuando puede, ni pensar en hacer algo de ejercicio físico con el cansancio que lo agobia…¿y todo esto qué tiene que ver con la inflamación? TODO
El sistema inmune, nuestras “defensas” deben mantener un equilibrio muy delicado: si están muy apocadas, muy tranquilas, una simple gripa podría matarnos; si estas defensas se aceleran demasiado, si están muy activas, se vuelven en contra de su propio dueño y empiezan como un perro rabioso a atacar al amo, pueden producir enfermedades como lupus, artritis, afectar severamente la circulación y causar infartos o derrames cerebrales. Lo peor es que estas afectaciones no son un estallido de acción, como hemos venido explicando, van calladamente causando daño que, muchas veces, ni se nota, silencioso hasta que el perjuicio causado se hace manifiesto, revienta la capacidad del organismo. Por ejemplo, inflamando el interior de las arterias y haciéndolas más susceptibles a que les pegue la grasa por dentro, llevándolas a que se taponen y se presenten los infartos o derrames cerebrales o el Alzheimer o el cáncer, entre otras muchas.
El mecanismo que usan las defensas exacerbadas para causar el daño es la mencionada inflamación, de una modalidad que se ha denominado Inflamación Sistémica de Bajo Nivel, y se ha llamado “Sistémica”, porque afecta todo el sistema, es decir todo el cuerpo, según los puntos flacos individuales, las debilidades particulares que cada uno tenemos; “de bajo nivel”, porque, como explicamos, no es una explosión, avanza calladamente.
Un elemento fundamental que facilita o directamente produce este tipo de inflamación es la alimentación inadecuada, para lo cual dedicaremos todo un capítulo futuro donde daremos abundantes ejemplos con cosas que Usted ni sospechaba que era algo que ayudaba a mantenerlo enfermo. Pero también hay otros factores no alimentarios que pueden contribuir a generar o acelerar el efecto de la inflamación sistémica de bajo nivel, por ejemplo, las enfermedades que afectan la boca: enfermedad periodontal, caries, prótesis dentales que no se asean y mantienen adecuadamente, tratamientos de conducto mal hechos, etc. La razón es simple: las bacterias que pueblan la boca se multiplican y arman fiesta con sus tejidos, pueden ir a través de la sangre hacia el corazón generando hipertensión arterial, infartos, trombos, etc., pueden viajar hacia el cerebro y lo deterioran lenta pero continuamente llevándolo a enfermedades degenerativas como Alzheimer, y esto es tan sólo una muestra de todo el zoológico.
A manera de ejercicio investigativo lo invitamos a que entre a Google o cualquier buscador y ponga como texto de búsqueda: “dientes corazón”, para que vea la multitud de enfermedades que aparecerán asociando una boca descuidada a enfermedades crónicas graves; igual sucederá si en el cuadro de búsqueda escribe “dientes cerebro” para que salga todo un mar de afecciones del cerebro y del sistema nervioso central que se originan en una boca descuidada.
Dr. Giovanni Zapata Gutiérrez
Especialista Terapias Alternativas
Nutrición Terapéutica
Es un artículo de muy buen contenido que refuerza el aprendizaje con lo vivido en la consulta e intervención recibida. Gracias
Buenas noches,
Solicito amanlemente me puedan decir que sirve para los calambres recurrentes tan fuertes que se ne doblan los pies. Quedo atenra a sus valiosos comentarios.
Gracias
Muchas gracias doctor