¿O sea que, si pierdo dientes, pierdo cerebro?

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Cuando se habla de salud, de buena salud, la imagen es una figura esbelta y agilidad, no se piensa que un pensamiento claro, una buena memoria, una sana capacidad de juicio y capacidad de aprendizaje sean parte de esa buena salud.

Hemos insistido hasta el cansancio, tanto en artículos como en consulta, que el cuerpo humano no funciona por departamentos: no existe tal cosa como tener tensión alta y gota o diabetes, pero el cerebro está muy bien.

Sin importar la edad, cuando existen las tan mencionadas comorbilidades o sea otras enfermedades generales: hipertensión arterial, diabetes mellitus, artrosis, artritis, grasas elevadas en la sangre, hígado graso, entre otras, se afecta el cerebro y más temprano que tarde se notan los signos de deterioro:

  • Cambios bruscos e inexplicables en el humor
  • Llanto inexplicado y repentino
  • Agresividad en una persona antes dulce
  • Insultos en personas que nunca los usaban
  • Desinterés en lo que antes le interesaba
  • Alteraciones en el sueño
  • Descuido en su higiene personal
  • Lo que va a decir se le olvida o confunde
  • Como que no sabe dónde está o para dónde iba
  • Incluso llegan a extraviarse con salir a la tienda de la esquina
  • Conductas extrañas
  • Temores que alguien lo va a robar o a hacerle daño
  • Cambios en la forma en que se mueve, camina, inseguridad al desplazarse, entre otras alteraciones de la conducta o pensamiento.

Son cambios que se van dando lentamente, casi no se nota y como no se trata de algo repentino, no se considera grave ni se le pone atención y la atención médica de 10 minutos no detecta la situación por lo que pasa mucho tiempo antes que se empiecen a tomar medidas al respecto.

Pero además de las enfermedades mencionadas del cuerpo, sistémicas, existe otro factor al que menos aún se le relaciona con todos estos problemas y es que quien ha tenido pérdidas de dientes, quien usa ahora prótesis dentales – “cajas”, parciales o implantes, han agregado otro elemento a su problema: las bacterias de la boca que contribuyen a que se caigan los dientes producen sustancias tóxicas que llegan al cerebro y ayudan a que se deteriore, las personas que más probabilidades tienen de desarrollar la enfermedad de Alzheimer son quienes tienen o han tenido problemas bucales, ¡EL CUERPO NO FUNCIONA POR DEPARTAMENTOS, NO SE AFECTA POR PEDAZOS!

Las bacterias de la boca que contribuyen a que se caigan los dientes producen sustancias tóxicas que llegan al cerebro y ayudan a que se deteriore.

¿Pero si ya perdí los dientes, puedo hacer algo?

Claro, se puede hacer una valoración cuidadosa del daño acumulado y establecer un plan que ayude a resolver los problemas ya evidentes con o sin tratamiento actual: hipertensión, diabetes, artrosis y todo lo ya mencionado, hacer un plan alimentario que contribuya a esas soluciones y acudir a tratamientos homeopáticos o de medicina Tradicional China, como acupuntura o Beancología y así detener el camino hacia el deterioro.

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Dr. Giovanni Zapata Gutiérrez
Especialista Terapias Alternativas
Nutrición Terapéutica


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